
Lunes 22 de Junio de 2009
En el vacío caen las quejas que desde hace ya mucho tiempo tienen casi todos en Cozumel debido al servicio que dan las navieras que explotan la ruta federal Cozumel-Playa del Carmen, las dos empresas en lugar de competir entre sí, han conformado un duopolio que incurre cotidianamente en prácticas comerciales y de operación que afectan los derechos de los ciudadanos, sin que autoridad alguna se atreva a hacer algo al respecto.
Además de la eterna queja por el costo del pasaje, las navieras han sumado este último mes a las opiniones en su contra el hecho de que con el pretexto de la influenza, recortaron las rutas a la mitad.
Además de la eterna queja por el costo del pasaje, las navieras han sumado este último mes a las opiniones en su contra el hecho de que con el pretexto de la influenza, recortaron las rutas a la mitad.
Actualmente, en lugar de cada hora como especifica su concesión, las navieras están dando viajes cada dos horas de manera alternada, situación que primero explicaron porque supuestamente, necesitaban ese tiempo para desinfectar los barcos después de cada travesía durante la alerta sanitaria.
Sin embargo, hace ya prácticamente un mes que las medidas fueron levantadas y los horarios no se han normalizado todavía.
La verdadera razón del recorte, según fuentes internas de las navieras, no fue lo sanitario sino lo económico pues debido a que actualmente no es la mejor época del año en cuanto a demanda de transporte, a las navieras les conviene dar menos viajes con más pasajeros.
Cabe señalar que este servicio tiene su origen en una concesión federal que entre otras cosas obliga a las navieras a cubrir una cierta cantidad de rutas al día y no prevé que las cancelen por cuestiones de costos.
Además, de acuerdo a las mismas fuentes, las tripulaciones de los barcos han recibido la orden de ahorrar todo el diesel que puedan y por eso, se ha bajado la intensidad del aire acondicionado y se ha ordenado que las naves, ya sin prisa al salir cada dos horas, naveguen a un promedio de diez nudos, unos 18 kilómetros por hora, con lo que la travesía que ambas empresas publicitan como la más rápida, ahora toma el doble de tiempo que antes.
El resultado es que la gente que quiere entrar y salir de la isla tiene ahora que ajustarse a los horarios y conveniencias de las navieras y no al revés, además de que deben viajar con más incomodidad por el mismo precio, sin que autoridad alguna tome cartas en el asunto.
Fuente: Por Esto!
Fuente: Por Esto!