Aniversarios de esos peludos y un tanto más
Lunes 26 de Septiembre de 2011 hrs.
Los aniversarios siempre son algo particularmente emotivo, tanto para cosas buenas como para las malas. El 15 se septiembre es un buen ejemplo de un aniversario en el que todo es júbilo y alegría. El DF siempre se llena de niños, y a veces no tan niños, reventando cohetes con una algarabía total y en medio de un ambiente festivo a más no poder.

También hay aniversarios de cosas que no son nada festivas, como el pasado 19 de septiembre, que fue 26º aniversario del terremoto en México de 1985. Aquel día, a las 7:19 de la mañana dio inicio un terremoto muy destructivo que originó la caída de muchísimos edificios en la capital. Todavía recuerdo muchos de esos días en los que las discusiones en reuniones con amigos y familiares eran las últimas nuevas respecto a la falta de agua o luz o las tristes historias de mucha gente que se había visto afectadas por este fenómeno natural.

Ciertamente, cada 19 de septiembre somos muchos los que recordamos lo acontecido en México en ese 1985. Sin embargo, aunque los eventos importantes cada año siempre se recuerdan, pareciera que hay una muy especial situación cuando el número de años se acumulan para dar una cuenta de cuartos de siglo, cómo en las bodas de oro y plata, o cuando se tiene una aniversario de un decenio, y más cuando se cumplen los primeros 10 años. Este fue mi caso este 19 de septiembre.

Probablemente ahora llegue la pregunta de: ¿pues qué pasó ese día? Bien, pues esta semana se cumplió el décimo aniversario del día que tomé un vuelo en el que estaba saliendo de México partiendo en un cambio importante de vida. En este caso iba a iniciar estudios en Londres. Curiosamente, yo pasaba por el aeropuerto de Nueva York y debido al 11 de septiembre el aeropuerto estuvo cerrado a todos los vuelos hasta el 16 de septiembre. Si, por poco y perdía el vuelo. Sin embargo, todo salió bien y pude llegar sano y salvo al aeropuerto de Heathrow al día siguiente, el 20.

Es muy interesante ver como los aniversarios nos hacen, por un momento, ver muchas cosas con otro prisma, con otro matiz, y es que estas fechas son buenas para ver con profundidad, para tener un momento de esos ‘de aniversario’, las diferencias existentes en las situaciones al haber transcurrido un decenio. Definitivamente todos podemos, muy fácilmente, contar cientos, miles de diferencias en nuestras situaciones antes y después al transcurrir de los años. Sin embargo, aquellas que tienen un peso más profundo son las que inmediatamente resaltan.

En mi caso, algo que tuvo un peso muy profundo fue el haber conocido, tiempo después ya estando en Barcelona, a Alicia Quaini y haber comenzado a buscar junto con ella maneras efectivas de salir del sufrimiento innecesario. Si, había visto que hay muchas cosas que son tan innecesarias y dolorosas como inevitables y por ello, empecé a profundizar en este tema guiado del conocimiento experto de Alicia.

A través de tiempo me fui adentrando más y más en el entendimiento de muchas cosas poco conocidas hasta que llegamos a la escritura del rutas de salida y al desarrollo de la técnica REMA, que a juzgar por los resultados del estudio piloto hecho en rehuba, que debe salir publicado el próximo año, tiene un tremendo potencial bárbaro para ser una herramienta efectiva eso de salir del sufrimiento innecesario. Ciertamente nunca lo hubiera imaginado, pero la manera como veo y percibo las cosas ahora esta años luz de como las veía cuando tomé aquel vuelo que representó el inicio de toda una aventura.

Si, pareciera que los aniversarios siempre tienen esa magia que nos hace ver y sentir de una manera muy especial los acontecimientos. Tú, ¿tienes algún evento cuyo décimo aniversario que te haga sentir así? Si le buscas, yo creo que alguno… ¡sí que habrá!