El 11 de septiembre, un punto de inflexión.
Lunes 12 de Septiembre de 2011 hrs.
Se cumplen ya 10 años del indiscriminado y terrible ataque a las torres gemelas en Nueva York el 11 de septiembre del 2001. Ese día marcó un antes y un después en la historia moderna en lo referente al terrorismo. Antes de ese día actos terroristas habían estado ocurriendo en todos lados, inclusive en los llamados países del primer mundo, como por ejemplo Inglaterra con el IRA, España con ETA, Estados Unidos en ataques diversos por grupo o individuos.
Sin embargo, nunca había habido un acto terrorista de la envergadura del 11S. Durante este día los ojos de todo el mundo vieron azorados cómo aviones se estrellaban contra edificios emblemáticos de Estados Unidos, como las torres gemelas y el pentágono.
Las escalofriantes escenas de las caídas de las torres, repetidas cientos y miles de veces a lo largo de los años siguen estando presentes en todos aquellos que, de una manera u otra, hemos estado cerca de un televisor en algún 11 de septiembre.
Los resultados de este ataque se sienten en todos lados, y siempre se recuerdan cuando uno tiene que tomar un vuelo hacia USA (yo volé con escala en Nueva York a las dos semanas del atentado, y desde entonces las medidas de seguridad son muy, pero muy, estrictas). En diciembre del 2011 estuve en Nueva York y pasé por la llamada zona cero.
El ambiente que se sentía era talque se podía cortar con un cuchillo. Se han originado guerras, se ha iniciado una cacería contra todos aquellos que son amigos de los autores de los responsables. Pregúntenle a los talibanes si no. Y ha habido cambios impresionantes en las políticas internacionales a raíz de este atentado. En contraparte, un movimiento anti-Estados Unidos se ha forjado.
Los atentados en Madrid y Londres son una prueba palpable. El 11 de marzo de 2004 hubo una serie de explosiones en el sistema de transporte de Madrid. A la semana siguiente yo iba a viajar a visitar a un amigo en Alcalá de Henares, de donde partió uno de los trenes atacados. Mi amigo no lo podía creer, un acto que incluso, pareciera, influyó en los resultados de las elecciones en España.
Una semana después, ya estando en Madrid, pude ver los cientos de velas y los mensajes de condolencia dejados en la estación de tren, realmente un ambiente de total tristeza. El 7 de julio del 2005, cuando cuatro explosiones paralizaron el metro de Londres, en ese entonces yo estaba en esa ciudad estudiando y extrañamente comencé a oír la radio (por alguna razón inexplicable me puse a oírla). Al principio en la radio se decía que había habido un problema en el metro, que nos se sabía exactamente que era. Cuando se activó el plan de alarma de la policía, entonces quedo claro que algo muy serio había pasado. Posteriormente explotó una bomba en un autobús, y entonces el caos comenzó. Londres se quedo sin metro y sin autobuses, un caos total.
Estos atentados, perpetrados por jóvenes ingleses de ascendencia pakistaní, fueron el tema de conversación durante muchas semanas posteriores. Estos atentados fueron un llamado de atención a las consecuencias colaterales de la guerra contra el terrorismo. No se sabe hacia dónde irá ahora el mundo. Sin embargo, parece ser que independientemente del camino, hubo un punto de inflexión ese día del 2001. Esperemos que el nuevo camino tomado no nos lleve a otro 11S. De veras que sí.
Sin embargo, nunca había habido un acto terrorista de la envergadura del 11S. Durante este día los ojos de todo el mundo vieron azorados cómo aviones se estrellaban contra edificios emblemáticos de Estados Unidos, como las torres gemelas y el pentágono.
Las escalofriantes escenas de las caídas de las torres, repetidas cientos y miles de veces a lo largo de los años siguen estando presentes en todos aquellos que, de una manera u otra, hemos estado cerca de un televisor en algún 11 de septiembre.
Los resultados de este ataque se sienten en todos lados, y siempre se recuerdan cuando uno tiene que tomar un vuelo hacia USA (yo volé con escala en Nueva York a las dos semanas del atentado, y desde entonces las medidas de seguridad son muy, pero muy, estrictas). En diciembre del 2011 estuve en Nueva York y pasé por la llamada zona cero.
El ambiente que se sentía era talque se podía cortar con un cuchillo. Se han originado guerras, se ha iniciado una cacería contra todos aquellos que son amigos de los autores de los responsables. Pregúntenle a los talibanes si no. Y ha habido cambios impresionantes en las políticas internacionales a raíz de este atentado. En contraparte, un movimiento anti-Estados Unidos se ha forjado.
Los atentados en Madrid y Londres son una prueba palpable. El 11 de marzo de 2004 hubo una serie de explosiones en el sistema de transporte de Madrid. A la semana siguiente yo iba a viajar a visitar a un amigo en Alcalá de Henares, de donde partió uno de los trenes atacados. Mi amigo no lo podía creer, un acto que incluso, pareciera, influyó en los resultados de las elecciones en España.
Una semana después, ya estando en Madrid, pude ver los cientos de velas y los mensajes de condolencia dejados en la estación de tren, realmente un ambiente de total tristeza. El 7 de julio del 2005, cuando cuatro explosiones paralizaron el metro de Londres, en ese entonces yo estaba en esa ciudad estudiando y extrañamente comencé a oír la radio (por alguna razón inexplicable me puse a oírla). Al principio en la radio se decía que había habido un problema en el metro, que nos se sabía exactamente que era. Cuando se activó el plan de alarma de la policía, entonces quedo claro que algo muy serio había pasado. Posteriormente explotó una bomba en un autobús, y entonces el caos comenzó. Londres se quedo sin metro y sin autobuses, un caos total.
Estos atentados, perpetrados por jóvenes ingleses de ascendencia pakistaní, fueron el tema de conversación durante muchas semanas posteriores. Estos atentados fueron un llamado de atención a las consecuencias colaterales de la guerra contra el terrorismo. No se sabe hacia dónde irá ahora el mundo. Sin embargo, parece ser que independientemente del camino, hubo un punto de inflexión ese día del 2001. Esperemos que el nuevo camino tomado no nos lleve a otro 11S. De veras que sí.