El precio de un "regalo" en la política española.
Lunes 25 de Julio de 2011 hrs.
El pasado 20 de julio Francisco Camps, presidente de la comunidad valenciana (que sería algo así como un gobernador), presentó su dimisión al cargo. La razón fue un escándalo originado a partir de supuestamente haber aceptado varios finísimos trajes como parte de una trama llamada por los medios como el ´caso Gurtel´.
Dicho caso inició en el 2009, una compañía llamada Orange Market había sido favorecedora en la Comunidad Valenciana un contrato en la feria de turismo fitur a cambio de regalos, a cambio de los famosos finísimos trajes. Cuatro funcionarios de alto cargo fueron acusados de cohecho impropio, que significa haber recibido regalos por el hecho de tener un cargo.
Hubo una serie de cambios en el juicio, que parecía no iba a continuar, pero finalmente en el 2010 fue reabierto atendiendo impugnaciones de la parte acusadora. Finalmente, el 15 de julio, cinco días antes de la dimisión salió a la luz públicamente que Francisco Camps y otros tres funcionarios serían juzgados por dicho delito. Había la opción de declararse culpables y pagar una multa.
Sólo dos de ellos lo hicieron, y como se necesitaba que fueran los cuatro, finalmente el caso pasará a ser juzgado. Actualmente en España se esperan elecciones para el 2012, y tener al presidente de la comunidad valenciana sometido a un juicio mientras se hacía la campaña se veía muy perjudicial para el Partido Popular (PP), el partido de Camps.
El esperó hasta el último minuto, hasta que ya no pudo más, hasta que no le quedo otro remedio, y ante tanta presión la salida fue presentar la dimisión y afrontar el juicio, pero ya sin el cargo. Esta situación realmente hace pensar en las razones detrás de la dimisión.
Parece claro que el detonante fueron las elecciones, de otra manera, Camps podría haber seguido tranquilamente en su cargo sin que nadie le dijera nada. Podría haberse declarado culpable, pagar la multa y pedir perdón, y todo tranquilo; sin embargo, ya que eso le daría municiones perfectas a los adversarios, mejor prefirió dimitir. Volvemos a lo de siempre, pareciera que el hecho de aceptar regalos onerosos por el hecho de ser funcionario es de lo más normal… hasta que sale a la luz pública.
Ciertamente en México, cómo en todo el mundo, en común que los funcionarios reciban regalos de las empresas, finalmente es normal que todas las empresas den regalos a sus clientes, ¿o no? Sin embargo, cuando se es funcionario la cosa se complica, porque entonces ya no es una cuestión de cliente/empresa, y se puede volver una cuestión de empresas buscando obtener favores.
Aunque en la mayoría de los casos es muy difícil saber si esa es efectivamente la razón (que bien puede que la sea) parece que, al menos en este momento, ése ha sido el caso con Camps. Esperemos a ver qué pasa, y mientras tanto, para muchos otros funcionarios en México, sería bueno recordar el dicho de: `si las barbas de tu vecino ves recortar, mejor pon las tuyas a remojar´
Dicho caso inició en el 2009, una compañía llamada Orange Market había sido favorecedora en la Comunidad Valenciana un contrato en la feria de turismo fitur a cambio de regalos, a cambio de los famosos finísimos trajes. Cuatro funcionarios de alto cargo fueron acusados de cohecho impropio, que significa haber recibido regalos por el hecho de tener un cargo.
Hubo una serie de cambios en el juicio, que parecía no iba a continuar, pero finalmente en el 2010 fue reabierto atendiendo impugnaciones de la parte acusadora. Finalmente, el 15 de julio, cinco días antes de la dimisión salió a la luz públicamente que Francisco Camps y otros tres funcionarios serían juzgados por dicho delito. Había la opción de declararse culpables y pagar una multa.
Sólo dos de ellos lo hicieron, y como se necesitaba que fueran los cuatro, finalmente el caso pasará a ser juzgado. Actualmente en España se esperan elecciones para el 2012, y tener al presidente de la comunidad valenciana sometido a un juicio mientras se hacía la campaña se veía muy perjudicial para el Partido Popular (PP), el partido de Camps.
El esperó hasta el último minuto, hasta que ya no pudo más, hasta que no le quedo otro remedio, y ante tanta presión la salida fue presentar la dimisión y afrontar el juicio, pero ya sin el cargo. Esta situación realmente hace pensar en las razones detrás de la dimisión.
Parece claro que el detonante fueron las elecciones, de otra manera, Camps podría haber seguido tranquilamente en su cargo sin que nadie le dijera nada. Podría haberse declarado culpable, pagar la multa y pedir perdón, y todo tranquilo; sin embargo, ya que eso le daría municiones perfectas a los adversarios, mejor prefirió dimitir. Volvemos a lo de siempre, pareciera que el hecho de aceptar regalos onerosos por el hecho de ser funcionario es de lo más normal… hasta que sale a la luz pública.
Ciertamente en México, cómo en todo el mundo, en común que los funcionarios reciban regalos de las empresas, finalmente es normal que todas las empresas den regalos a sus clientes, ¿o no? Sin embargo, cuando se es funcionario la cosa se complica, porque entonces ya no es una cuestión de cliente/empresa, y se puede volver una cuestión de empresas buscando obtener favores.
Aunque en la mayoría de los casos es muy difícil saber si esa es efectivamente la razón (que bien puede que la sea) parece que, al menos en este momento, ése ha sido el caso con Camps. Esperemos a ver qué pasa, y mientras tanto, para muchos otros funcionarios en México, sería bueno recordar el dicho de: `si las barbas de tu vecino ves recortar, mejor pon las tuyas a remojar´