El regreso a las raíces, un viaje conmovedor.
Domingo 26 de Febrero de 2012 hrs.
Las Mesas es un pequeño pueblecito, doblando a la derecha en la autopista entre Chilpancingo y Acapulco, hacia la carretera Tierra Colorada–Ayutla, en el estado de Guerrero. Las constantes curvas que se encuentran en el camino es un buen recordatorio que está en medio de muchas montañas. Mi papá nació en este pueblito.
Por diversos motivos, desde hace muchos, pero muchos, años no había regresado. Como ocurre muy frecuentemente: cuando hay dinero, no hay tiempo, y cuando hay tiempo, no hay dinero. Finalmente, entre una cosa y otra se dieron las condiciones para hacer el viaje.
En el camino, mientras disfrutaba de múltiples historias, poco a poco me fui quitando capas de la ropa que portaba. Y es que conforme uno se va acercando a la costa, en el lado sur del país, se va sintiendo
el aumento de la temperatura, una de esas bonitas condiciones que se presentan en México, al ser éste un país de tan grandes dimensiones.
Al final sólo quedaron puestas una camisetita, un short y unas chanclas. Finalmente, en la llegada al pueblo, quedo evidente cómo poco a poco han ido habiendo progresos en el país, y es que lo que ahora se hace, en coche, en 45 minutos antiguamente era casi un día de caminar para llegar al pueblo más cercano a la carretera Chilpancingo-Acapulco para tomar transporte, junto con la mula o el burro encargado de cargar las cosas para el viaje o para la venta.
El kínder que está justo al lado de la casa, que a su vez está enfrente de la clínica del pueblo, es otro recordatorio de cómo las cosas han ido evolucionando a través del tiempo. Si, definitivamente
muchas cosas han cambiado.
Lo que sí no ha cambiado tanto es la estructura de la casa: las paredes, hechas de adobe y de unos 25 centímetros de espesor, siguen siendo las mismas que se levantaron originalmente cuando ésta se construyo. Aunque en diversas secciones se hace presente el paso del tiempo, siguen soportando cabalmente el sol, la lluvia y el viento sin hacerle grandes modificaciones. Como muchas veces, lo hecho antiguamente perdura mucho más tiempo que lo hecho en estas épocas.
El fogón donde se prende la leña para hacer la comida (antiguamente siempre se cocinaba mediante leña, pues no había gas), las puertas de madera con sus bisagras oxidadas, la maquina Singer manual donde se cosía y hacía la ropa, los cuadros con recuerdos familiares, el viejo armario de la cocina, y así, son algunos de los muchos elementos que están presentes, que indican lo que hubo, lo que formó parte de la vida cotidiana de una parte de mi familia.
Las cosas del pasado se encuentran al lado de las cosas del presente.
Las cosas de dónde venimos están conviviendo con las cosas modernas del momento en el que estamos ahora. Unas al lado de las otras, viendo pasar el tiempo. Al verlo ambas cosas juntas, se nota que
indudablemente ha habido mejoras. Igualmente, es un buen recordatorio que siempre se debe tener presente el legado, todo aquello que ha estado ligado a las cosas de nuestro pasado, pensando en lograr o mantener la armonía.
Si, finalmente en este viaje es un buen recordatorio para no olvidar lo importante que es mantener vivo nuestro pasado junto con nuestro presente, encaminado a tener un mejor futuro. Sí señor.
www.rema.org.es
www.rehuba.orgPor diversos motivos, desde hace muchos, pero muchos, años no había regresado. Como ocurre muy frecuentemente: cuando hay dinero, no hay tiempo, y cuando hay tiempo, no hay dinero. Finalmente, entre una cosa y otra se dieron las condiciones para hacer el viaje.
En el camino, mientras disfrutaba de múltiples historias, poco a poco me fui quitando capas de la ropa que portaba. Y es que conforme uno se va acercando a la costa, en el lado sur del país, se va sintiendo
el aumento de la temperatura, una de esas bonitas condiciones que se presentan en México, al ser éste un país de tan grandes dimensiones.
Al final sólo quedaron puestas una camisetita, un short y unas chanclas. Finalmente, en la llegada al pueblo, quedo evidente cómo poco a poco han ido habiendo progresos en el país, y es que lo que ahora se hace, en coche, en 45 minutos antiguamente era casi un día de caminar para llegar al pueblo más cercano a la carretera Chilpancingo-Acapulco para tomar transporte, junto con la mula o el burro encargado de cargar las cosas para el viaje o para la venta.
El kínder que está justo al lado de la casa, que a su vez está enfrente de la clínica del pueblo, es otro recordatorio de cómo las cosas han ido evolucionando a través del tiempo. Si, definitivamente
muchas cosas han cambiado.
Lo que sí no ha cambiado tanto es la estructura de la casa: las paredes, hechas de adobe y de unos 25 centímetros de espesor, siguen siendo las mismas que se levantaron originalmente cuando ésta se construyo. Aunque en diversas secciones se hace presente el paso del tiempo, siguen soportando cabalmente el sol, la lluvia y el viento sin hacerle grandes modificaciones. Como muchas veces, lo hecho antiguamente perdura mucho más tiempo que lo hecho en estas épocas.
El fogón donde se prende la leña para hacer la comida (antiguamente siempre se cocinaba mediante leña, pues no había gas), las puertas de madera con sus bisagras oxidadas, la maquina Singer manual donde se cosía y hacía la ropa, los cuadros con recuerdos familiares, el viejo armario de la cocina, y así, son algunos de los muchos elementos que están presentes, que indican lo que hubo, lo que formó parte de la vida cotidiana de una parte de mi familia.
Las cosas del pasado se encuentran al lado de las cosas del presente.
Las cosas de dónde venimos están conviviendo con las cosas modernas del momento en el que estamos ahora. Unas al lado de las otras, viendo pasar el tiempo. Al verlo ambas cosas juntas, se nota que
indudablemente ha habido mejoras. Igualmente, es un buen recordatorio que siempre se debe tener presente el legado, todo aquello que ha estado ligado a las cosas de nuestro pasado, pensando en lograr o mantener la armonía.
Si, finalmente en este viaje es un buen recordatorio para no olvidar lo importante que es mantener vivo nuestro pasado junto con nuestro presente, encaminado a tener un mejor futuro. Sí señor.
www.rema.org.es