Gilberto Bosques: el Oskar Schindler mexicano que salvo a miles durante la guerra.
Lunes 28 de Mayo de 2012 hrs.
Debido a la larguísima duración de la campaña política en México, esta semana he preferido dar un respiro de este tema y hablar de cosas mucho más amenas y gratas. Esta semana quiero compartir lo que he sabido de una persona que fue considerado un verdadero héroe por miles de personas durante la época de la segunda guerra mundial. Se trata de don Gilberto Bosques: el Oskar Schindler mexicano.

Primero, lo primero: ¿Quién fue Oskar Schindler? Pues bien, el señor Schindler fue un empresario que durante la segunda guerra mundial negoció con los alemanes Nazis la contratación de judíos para que trabajaran en su fábrica, con la intención final de protegerlos de una muerte casi segura. Su motivación llegó a ser tal que acabó pagando sobornando a los alemanes para que más judíos pudieran ser contratados. Los nombres de los salvados eran puestos en listas escritas con una máquina de escribir. Steven Spielberg hizo mundialmente conocida esta historia con su emotiva película ‘La lista de Schindler’.

Ahora sí podemos hablar de Gilberto Bosques. Don Gilberto fue un diplomático, cónsul de México en Paris entre 1939 y 1944 -casi durante la totalidad de la segunda guerra mundial, que ocurrió entre septiembre de 1939 y septiembre 1945- Fue enviado por el presidente Lázaro Cárdenas y tenía el objetivo particular de salvar al mayor número posible de personas de las que eran perseguidas por los regímenes de Franco y Hitler.

La guerra civil española acabada de finalizar en abril de 1939, y cientos de españoles que habían luchado con los republicanos, el ejército que fue vencido, eran perseguidos en Francia para ser regresados a España; algo que fácilmente podía significar tener un destino fatal.
Por otro lado, los alemanes nazis tenían un acoso constante contra los judíos en toda Europa, y Francia no era la excepción, por lo que ser capturado siendo judío también podría fácilmente significar un fatal destino.

Así pues, don Gilberto, amparado en su cargo diplomático, estuvo ayudando a miles de republicanos y judíos a salir de la Francia ocupada mediante la otorgación de visados. Fue tan arriesgado en su objetivo que incluso llegó a ser encarcelado hasta que finalmente, debido a la presión diplomática, fue puesto en libertad y enviado de vuelta a México.

A su llegada miles lo fueron a recibir y, se narra, nunca llego a pisar el piso de la estación, pues la multitud lo llevo cargando en hombros, mostrando así su gran afecto hacia él. Esta historia es narrada en el documental ‘visa al paraíso’ de Lillian Liberman, a su vez una inmigrante de origen ruso, cuyo abuelo y familia llegaron como refugiados a México al sentir que se estaba vulnerando la revolución por la que había luchado.

En dicho documental, que muestra entrevistas hechas a don Gilberto a la edad de 100 años, se hace un seguimiento de lo acontecido en esos terribles años de la década de los 40. Con múltiples muestras de agradecimiento se hace patente el gran calor humano y la firmeza moral de don Gilberto. “Los que tenían la firma de Gilberto Bosques tenían fe para la vida”, dice notablemente emocionada Flory Klapp, una de las entrevistadas.

Como este documental no ha entrado en los circuitos comerciales de cine, y probablemente difícilmente lo hará, es necesario estar al pendiente de los lugares y salas donde se presenta, pues es muy limitado. Recientemente estuvo en la cineteca por un corto periodo en marzo, y en abril estuvo unos días en unos pocos cines comerciales.

Desafortunadamente este tipo de temas no son comercialmente atractivos; sin embargo, no por eso se puede dejar de dar valor a la integridad y gran calidad humana mostrada por don Gilberto en un contexto de gran peligro y turbulencia. Hay que darle su lugar a esta clase de personas, y honrarlas como corresponde; para evitar así caer en la desgracia de no tener memoria. Sí señor.
www.rema.org.es
www.rutasdesalida.com