La esquizofrenia, ¿una condición que puede resultar en una masacre?
Lunes 09 de Enero de 2012 hrs.
El 8 de enero del 2011 en Tucson, Arizona (USA) se vivió una verdadera escena de terror, cuando en medio de un mitin de la congresista de Estados Unidos Gabrielle Giffords, un joven de 23 años, Jared Lee Loughner, irrumpió disparando tiros a diestra y siniestra, hiriendo a 20 personas, de las cuales 6 perdieron la vida.

Giffords resultó gravemente herida en la cabeza por los disparos y fue enviada inmediatamente al Centro médico de la universidad de Tucson donde, a pesar de sus graves heridas, se reportó que estaba consciente y respondiendo a indicaciones verbales. Desde entonces Giffords no ha parado de recuperarse (el 1 de agosto hizo su primera aparición pública cuando fue al congreso de los Estados Unidos) y este 8 de enero del 2012, un año después de la masacre, regresó al lugar de los hechos para dar un discurso. Un verdadero ejemplo de las respuestas extraordinarias que se pueden tener ante condiciones extremadamente dramáticas y extremas.

El hombre acusado de la masacre, Jared Lee, desde el principio dio muestras evidentes que algo no estaba bien en su cabeza. Una famosa foto, presentada por las autoridades de Estados Unidos, mostraban a Jared con una sonrisa y una mirada escalofriante. De hecho, era tan descriptiva del hecho que el Washinton Post, un muy importante e influyente periódico americano, la puso en primera plana.

Se ha reportado que Jared ha sido diagnosticado con esquizofrenia, un desorden mental muy serio que se caracteriza, entre otras cosas, por presentar alucinaciones con pensamientos desorganizados en aquellos afectados. A primera instancia podría pensarse que la culpa de todo la tiene dicha enfermedad mental; sin embargo, valdría recordar a John Nash, eminente matemático americano ganador del premio Nobel en economía en 1994, que también la tiene (es aquel de la pelicula 'Beautiful mind').

Finalmente pasa como en tantas cosas y es imposible generalizar, pero no por eso se debe de dejar de lado que se debe de seguir haciendo cosas para ayudar a la gente que tiene problemas mentales. No solo esquizofrenia, hay una gran cantidad de desordenes mentales que todos tenemos, a muy diversos niveles, los cuales no nos ayudan en nada a vivir mejor.

Yo me sorprendo al ver, y seguir viendo, como muchos pensamos que la manera como vemos al mundo, con todos sus problemas y situaciones, es la realidad clara y nítida; pero no nos paramos a pensar que buena parte es resultado de cómo lo percibimos, de cómo, afectado por muchos pequeños desordenes internos, lo vivimos ya distorsionado por nuestras condiciones personales.

Jared y Giffords nos muestran dos lados muy diferentes de una misma moneda: por un lado nos muestran la fortaleza que la mente puede mostrar conjuntamente con el cuerpo humano, y por otro nos muestran un lado muy oscuro y brutal de la misma…
Ulises Diego
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