La Ley del garrote en SP federal?
Lunes 03 de Diciembre de 2012 hrs.
El mensaje es claro. Cualquier tipo de agresión, será repelida con agresión. Al menos eso se percibió luego de las 69 detenciones -58 hombres y 11 mujeres-, que se produjeron durante la reyerta que sostuvieron un grupo de manifestantes y la policía capitalina durante la toma de protesta de Enrique Peña Nieto como presidente de México el sábado pasado.
Tan claro como que Marcelo Ebrard le da la espalda a los llamdos grupos "subversivos " de izquierda, ocultamente liderados por Manuel López Obrador. O al menos así lo parece. En todo caso, más grave es la sorpresiva represión política entre militantes del amarillo -lo cual implicaría un tenue rompimiento con el líder de MORENA-que el efrentamiento con la ciudadana.
Lo que no está claro aún, es si estas detenciones se debieron por lo histórico del momento o, será la política que el gobierno federal en conjunto con la policía capitalina, pondrá en activo. Sobre todo si se destaca que el actual Subsecretario de Planeación y Protección Institucional, el médico cirujano y contraalmirante de la Naval, Manuel Mondragón y Kalb, fungía hace apenas unos días como titular de la Subsecretaría de Seguridad Pública del Gobierno del Distrito Federal.
Es decir, la policía capitalina siguió el modelo a la usanza de su ex titular, quizá en claro indicio de lo que será a partir de este lunes, la política de seguridad pública en el país.
La represión y el tolete, parece ser será la política de seguridad pública que imperará en México. La llamada “ley del garrote”. Eso, además si se insiste en la unificación de las policías municipales y estatales en todo el país, en lo que pretedería implementar un modelo único en este segmeneto.
Ciertamente, los desmanes en que incurrieron los manifestantes que arrinconaron las entradas en San Lázaro, y causaron serios destrozos, no fueron ni serán las ideales pero, la participación activa y agresiva de la policía del Distrito Federal, provocó que estallará el polvorín, consecuentemente con varios heridos, algunos incluso de gravedad.
Si acaso una de las libertades que ha mantenido el llamado equilibrio de poderes y fuerza en la ciudad de México, ha sido precisamente la democracia para participar en algún tipo de movimiento y manifestarse con libre albedrío. Una democracia y libertad de expresión corporal y verbal que hoy, está seriamente cuestionada.
La fuerza policía no estaría nada mal si su aplicación se hiciera de acuerdo a la legalidad y en cuanto a todos los casos y militantes de los partidos políticos existentes. Pero, esa misma energía deberá ser puesta en acción, con los grupos criminales que prevalecen en el país.
Apagar fueguitos es una cosa, apagar incendios otra. Veremos si las acciones en el combate al crimen organizado tienen las mismas reacciones.
Si bien la critica a Felipe Calderón ha sido dura y exacerbada por su combate al crimen organizado, se le reconoce al menos la intención por apagarla. Que hubieron muertos? Pues si, pero las adicciones matan más niños y jóvenes diariamente, sin que se castigue a los culpables.
El que “reine” la paz con el narco, los traficantes y en general con el crimen organizado, no es señal de que ya no exista o, que hayan huido con la llegada del PRI al poder. Esa aparente calma podría tener muchas lecturas. Una de ellas poco favorable para el gobierno federal que recién inicia.
Tan claro como que Marcelo Ebrard le da la espalda a los llamdos grupos "subversivos " de izquierda, ocultamente liderados por Manuel López Obrador. O al menos así lo parece. En todo caso, más grave es la sorpresiva represión política entre militantes del amarillo -lo cual implicaría un tenue rompimiento con el líder de MORENA-que el efrentamiento con la ciudadana.
Lo que no está claro aún, es si estas detenciones se debieron por lo histórico del momento o, será la política que el gobierno federal en conjunto con la policía capitalina, pondrá en activo. Sobre todo si se destaca que el actual Subsecretario de Planeación y Protección Institucional, el médico cirujano y contraalmirante de la Naval, Manuel Mondragón y Kalb, fungía hace apenas unos días como titular de la Subsecretaría de Seguridad Pública del Gobierno del Distrito Federal.
Es decir, la policía capitalina siguió el modelo a la usanza de su ex titular, quizá en claro indicio de lo que será a partir de este lunes, la política de seguridad pública en el país.
La represión y el tolete, parece ser será la política de seguridad pública que imperará en México. La llamada “ley del garrote”. Eso, además si se insiste en la unificación de las policías municipales y estatales en todo el país, en lo que pretedería implementar un modelo único en este segmeneto.
Ciertamente, los desmanes en que incurrieron los manifestantes que arrinconaron las entradas en San Lázaro, y causaron serios destrozos, no fueron ni serán las ideales pero, la participación activa y agresiva de la policía del Distrito Federal, provocó que estallará el polvorín, consecuentemente con varios heridos, algunos incluso de gravedad.
Si acaso una de las libertades que ha mantenido el llamado equilibrio de poderes y fuerza en la ciudad de México, ha sido precisamente la democracia para participar en algún tipo de movimiento y manifestarse con libre albedrío. Una democracia y libertad de expresión corporal y verbal que hoy, está seriamente cuestionada.
La fuerza policía no estaría nada mal si su aplicación se hiciera de acuerdo a la legalidad y en cuanto a todos los casos y militantes de los partidos políticos existentes. Pero, esa misma energía deberá ser puesta en acción, con los grupos criminales que prevalecen en el país.
Apagar fueguitos es una cosa, apagar incendios otra. Veremos si las acciones en el combate al crimen organizado tienen las mismas reacciones.
Si bien la critica a Felipe Calderón ha sido dura y exacerbada por su combate al crimen organizado, se le reconoce al menos la intención por apagarla. Que hubieron muertos? Pues si, pero las adicciones matan más niños y jóvenes diariamente, sin que se castigue a los culpables.
El que “reine” la paz con el narco, los traficantes y en general con el crimen organizado, no es señal de que ya no exista o, que hayan huido con la llegada del PRI al poder. Esa aparente calma podría tener muchas lecturas. Una de ellas poco favorable para el gobierno federal que recién inicia.