La sordera de los políticos..y el 15M en España.
Lunes 27 de Junio de 2011 hrs.
Ya he hablado antes del movimiento 15M, un movimiento urbano que comenzó poco antes de las elecciones del 22 de mayo de este año en España. Dicho movimiento aboga por un cambio en las estructuras políticas y, por lo que yo puedo apreciar, muestran un cierto hartazgo por la prepotencia, corrupción y privilegios que se percibe tienen los de la clase política.
Algunos ejemplos de situaciones donde se mide con otra vara a los políticos respecto a la gente de la calle: reglas diferentes para las jubilaciones y prestaciones, flexibilidad en la aplicación de la ley o, de plano, la no aplicación de ella, pues muchos juicios ni siquiera llegan a comenzar por presiones políticas.
En eso España y México tienen muchas similitudes. Pues bien, el pasado 19 de junio hubo marchas en diversas ciudades a favor de movimiento 15M. Alrededor de 100,000 personas en Barcelona, 50,000 en Madrid, y así, en unas 50 ciudades españolas y algunas del extranjero.
Este día era particularmente importante en Cataluña, y es que el pasado miércoles 15 de junio, hubo gente del movimiento que hizo un llamado para sitiar el parlamento de catalán y evitar la aprobación de los presupuestos catalanes.
La situación empezó calmada, pero hubo un momento en el que los manifestantes empezaron a agredir a los políticos. La escalada de violencia fue tal que incluso el jefe del gobierno catalán tuvo que llegar en helicóptero para poder entrar al edificio, ¡como si fuera una embajada americana bajo ataque en Afganistán!
El problema es que, si bien es legítimo alzar la voz, esta situación de violencia vino como perlas a los políticos para que pudieran argumentar que el 15M es un movimiento violento. Ya que bloquear el parlamento es ilegal, aquellos que fueron arrestados tendrán enfrente incluso posibles condenas.
En contraparte, la manifestación del 19 de junio fue totalmente pacífica, por lo que los políticos, parece, tendrán que resignarse a seguir teniendo enfrente a un grupo de gente, los indignados, que les están diciendo en su cara que ya están cansados de las formas y piden, exigen, cambios. No vendría mal que algunas cosas del movimiento 15M se contagien en México, y es que sería bueno que la clase política continúe evolucionando.
Continúe su camino desde el viejo PRI, partido único, todopoderoso y omnipotente, hacia varios partidos donde lo más importante sea el bienestar y, espero se siga trabajando en eso, la educación de la gente. Que sean capaces de escuchar y actuar ante los reclamos de la gente y dejen de tener esa sordera tan característica y conocida en muchos de ellos. ¿Será eso posible?, esperemos que sí.
Algunos ejemplos de situaciones donde se mide con otra vara a los políticos respecto a la gente de la calle: reglas diferentes para las jubilaciones y prestaciones, flexibilidad en la aplicación de la ley o, de plano, la no aplicación de ella, pues muchos juicios ni siquiera llegan a comenzar por presiones políticas.
En eso España y México tienen muchas similitudes. Pues bien, el pasado 19 de junio hubo marchas en diversas ciudades a favor de movimiento 15M. Alrededor de 100,000 personas en Barcelona, 50,000 en Madrid, y así, en unas 50 ciudades españolas y algunas del extranjero.
Este día era particularmente importante en Cataluña, y es que el pasado miércoles 15 de junio, hubo gente del movimiento que hizo un llamado para sitiar el parlamento de catalán y evitar la aprobación de los presupuestos catalanes.
La situación empezó calmada, pero hubo un momento en el que los manifestantes empezaron a agredir a los políticos. La escalada de violencia fue tal que incluso el jefe del gobierno catalán tuvo que llegar en helicóptero para poder entrar al edificio, ¡como si fuera una embajada americana bajo ataque en Afganistán!
El problema es que, si bien es legítimo alzar la voz, esta situación de violencia vino como perlas a los políticos para que pudieran argumentar que el 15M es un movimiento violento. Ya que bloquear el parlamento es ilegal, aquellos que fueron arrestados tendrán enfrente incluso posibles condenas.
En contraparte, la manifestación del 19 de junio fue totalmente pacífica, por lo que los políticos, parece, tendrán que resignarse a seguir teniendo enfrente a un grupo de gente, los indignados, que les están diciendo en su cara que ya están cansados de las formas y piden, exigen, cambios. No vendría mal que algunas cosas del movimiento 15M se contagien en México, y es que sería bueno que la clase política continúe evolucionando.
Continúe su camino desde el viejo PRI, partido único, todopoderoso y omnipotente, hacia varios partidos donde lo más importante sea el bienestar y, espero se siga trabajando en eso, la educación de la gente. Que sean capaces de escuchar y actuar ante los reclamos de la gente y dejen de tener esa sordera tan característica y conocida en muchos de ellos. ¿Será eso posible?, esperemos que sí.